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Extraordinarias: Dorothy Draper

Atrevidas combinaciones de colores, estampados y patrones florales, enormes molduras, papeles pintados, puertas de colores… No, no estamos hablando de Garlanda, aunque nos hubiera encantado trabajar con ella. Hablamos de Dorothy Draper, la diseñadora que dio el escopetazo de salida al negocio de diseño de interiores.


¡Deja que te contemos algo más sobre esta mujer extraordinaria!

 

Dorothy Tuckerman
Fuente imagen: Quotabelle


Dorothy Tuckerman nació en 1889 en el seno de una familia aristocrática asentada en uno de los barrios más adinerados de Nueva York. Dorothy supo aprovechar su posición para conseguir más fácilmente sus propósitos, en lugar de seguir el destino esperado para cualquier mujer con sus mismas raíces. Pero sin duda alguna fue su creatividad la que hizo que su nombre resonara con gran reconocimiento en todo el país.

“Si se ve bien, está bien.”

De hecho, su vida estuvo bastante ligada a lo más alto de las grandes esferas del país, ya que Eleonore Roosevelt era prima suya, y su marido George Draper, médico y amigo de la infancia del presidente Roosevelt, lo cual les hizo vivir en el mismo barrio durante mucho tiempo.


DD, como la llamaban en su círculo más cercano, se inició en el diseño de interiores con algunas de sus propias casas a lo largo de su juventud, teniendo claro un estilo personal que se acercaba al anti-minimalismo y a lo kitsch.

Debido al éxito entre su círculo de amigos millonarios, en 1925 abrió su propio negocio, el cual inicialmente se llamó Architectural Clearing House, pero que con el tiempo adoptaría su propio nombre para convertirse en Dorothy Draper & Company


De esta forma se convirtió en la primera persona en profesionalizar su sector en Estados Unidos.


"Nunca se puede juzgar un tono por el líquido que hay en el bote de pintura. Debes aplicarlo en una pared, esperar a que se seque, y luego decidir.”

Dorothy Draper & Company
Fuente imagen: Martha Stewart



El Nuevo Barroco


Desarrolló un estilo que se convirtió sin lugar a dudas en una marca personal, el Nuevo Barroco, el cual conquistó a la upper class estadounidense. Este estilo transformaba sus proyectos en espacios casi teatrales gracias a su uso del color poco tradicional combinado con extravagantes molduras, toques rococó y estampados para nada tradicionales. Toda esta unión de detalles huían de lo convencional y aburrido dentro del contexto de la Gran Depresión.


Dorothy era una mujer muy segura de sí misma y tenía muy claras sus ideas. A ella no le interesaban los proyectos residenciales, ya que en los públicos podía dar mayor rienda suelta a su creatividad, y por eso fueron pocas casas particulares (además de las suyas) las que se atrevieron a darle total libertad con un estilo tan llamativo.


“Pon siempre una pieza controvertida. Hace que la gente hable.”

Además, DD tomaba el control sobre sus proyectos por completo, hasta el último detalle, algo que se plasmaba en los encargos de hoteles, donde elegía hasta el uniforme de los trabajadores o el diseño de la carta del menú.


Fueron los hoteles más exclusivos los que sí formaron parte de su carrera, como el Hotel Carlyle, su primer encargo, donde las baldosas blancas y negras ajedrezadas se convirtieron en su firma personal.

 

Nuevo barroco
Fuente imagen: 1st Dibs

Otro de los proyectos más destacados fue el Hotel Greenbrier de West Virginia, donde cada habitación tenía una temática diferente. Una de ellas, la Victorian Writing Room, la cual llegó a ser uno de los espacios más fotografiados de los Estados Unidos durante años.

 

Victorian Writing Room
Fuente imagen: The Glam Pad

Además, también diseñó la cafetería y restaurante del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, a la cual llamaron The Dorotheum en su honor.

 

The Dorotheum
Fuente imagen: Frederic Magazine

La carrera de Dorothy estuvo repleta de hoteles, pero también de teatros, tiendas, interiores de coches de lujo  y oficinas, e incluso alguna que otra casa de algún afortunado particular. Trabajó con el textil, donde el cabbage pink se impuso como su color, llegando a vender casi el millón de metros.


“El color de tu puerta anuncia tu personalidad al mundo”.

De esta forma se ganó por completo su papel como celebridad, tanto que en las décadas de los 40 y 50 su nombre era sinónimo de diseño de interiores.




Otros proyectos


Como acabó siendo una gran figura pública, su actividad no se limitó al diseño, sino que por supuesto tuvo mucho que decir sobre él. Por eso publicó libros como Entertaining is Fun! y escribió durante años una columna que se publicaba en numerosos periódicos locales, así como en el Hearst Newspaper y en la Good Housekeeping Magazine.


¡Ah! Y apareció de portada tanto en la revista Life como en la Time. Sin duda todo un icono del diseño.

Dorothy Draper
Fuente imagen: Air Mail

“Se acabó la era de la monotonía. El color está cobrando vida de nuevo.”

 

Aunque no seamos todos tan atrevidos como ella en nuestros espacios más íntimos como nuestro hogar, lo que está claro es que Dorothy Draper nos enseñó varias cosas: que el color importa tanto como tener las ideas claras.